Está claro que el sistema está diseñado para poner mucho empeño en no perder tus datos, sin embargo, cada vez que reescribes la parte central del SO que se encarga de arrancar el sistema, ese es el momento en el que es más probable que descubras un problema:
- El disco duro o el hardware podrían estar defectuosos y el volumen de cambios expone un problema preexistente que pasaba desapercibido ya que sólo afectaba a los archivos no vitales.
- Su conjunto único de software y configuración tiene un efecto negativo cuando se migra al nuevo sistema operativo.
- Las aplicaciones de las que dependes no funcionan bien todavía o nunca con el nuevo sistema operativo.
- Sus herramientas de línea de comandos podrían ser desactivadas / movidas, por lo que realmente depende del gestor de paquetes que utilice y de lo preparado que esté para utilizar las nuevas versiones de las herramientas de compilación de Yosemite. Yo haría una segunda pregunta con detalles específicos si quieres investigar ese aspecto de la actualización a 10.10.
Si no tienes tiempo para hacer una copia de seguridad completa y has probado el proceso de restauración, quizá sea mejor que hagas eso y no actualices a un nuevo sistema operativo antes de actualizar. O puedes comprobar la disponibilidad de ayuda para asistir en la muy improbable posibilidad de que tengas un problema y pagar a alguien / contratar a alguien para que te ayude a superar los baches.