Simplemente coge cualquier disco externo de Mac que funcione (Firewire es mi favorito, una unidad flash está bien, USB también funciona en algunos casos - sin olvidar Thunderbolt) y reinicia tu MacBook Pro desde el disco externo. Para arrancar desde un disco externo necesitarás mantener pulsada la tecla de opción mientras se pone en marcha.
Ahora que estás en marcha de nuevo:
- copia los archivos de la unidad de arranque de los que no tengas copia de seguridad.
- hacer una instalación limpia del sistema operativo
- prueba que ya puede arrancar.
- copiar los archivos de datos que faltan
- reinstalar cualquier aplicación que no funcione o que haya desaparecido.
Vuelve a disfrutar de una informática sin problemas. Alégrate de que Apple siga permitiendo el arranque desde unidades externas (y normalmente desde otros ordenadores), a diferencia de esas pobres almas del mundo de Windows que sólo pueden arrancar desde un disco de instalación.