Hay cuatro factores en juego para elegir cómo diseñar un sistema:
- Espacio
- Coste
- Rendimiento
- Fiabilidad
No voy a hablar en nombre de los ingenieros de Apple, pero comprar en volumen permite a un fabricante de chips de vídeo ofrecer más rendimiento en un paquete de menor coste. Cualquier rendimiento que no esté equilibrado con el resto del sistema es un rendimiento desperdiciado. Es de suponer que esta era la mejor opción para los nuevos iMac, dado el estado de los componentes disponibles.
El rendimiento también tiene que ver con la eficiencia, así que si el punto de referencia bruto es lo suficientemente grande como para impulsar tres enormes monitores en el modelo de 27 pulgadas, ¿por qué no elegir un chipset móvil más pequeño, gestionar menos controladores en el sistema operativo, reutilizar el mismo chip en la línea móvil y liberar activos de abastecimiento, ingeniería, pruebas e inventario de reparaciones para otros problemas más urgentes que resolver?
Pronto tendremos pruebas de referencia para ver si los diseñadores hicieron bien su trabajo en esta revisión. Mis pruebas limitadas demuestran que los nuevos iMacs dan la campanada en comparación con los antiguos MacPro e iMacs, que no se quedaban atrás en el departamento de gráficos según mis estándares.