Silica Gel atascado en la entrada del auricular

Tenía dos cuentas de sílice atascadas en el conector de auriculares de mi iPad al mismo tiempo. ¡Qué dolor! Tomé un extremo de un clip de papel y raspé las cuentas hacia arriba y hacia abajo, teniendo cuidado de no tocar los contactos del auricular. Los lados se convirtieron en polvo en 2-3 minutos permitiendo que cada uno se cayera. Envuelvo el clip de papel con una toalla de papel y limpié el interior.

¡Mi hermana está con el exactamente mismo problema! Se le quedó atascada una bolita de gel de sílice en la entrada del jack de su iPod Touch 4. Usé una aguja (de coser) y "destruí" la bolita de sílice. ¡Me tomó un tiempo, pero funcionó!

1. Toma un palillo

2. Pon una cantidad muy pequeña de pegamento cianocrilato en la punta plana (inferior) del palillo (el diámetro de la burbuja de pegamento DEBE ser mucho más pequeño que el diámetro de la bola o el zócalo en sí, de lo contrario pegarás el zócalo)

3. Dirige muy precisamente la punta plana del palillo hacia la bola y quédate quieto mientras se fija. (presta atención a no tocar los lados del zócalo, si lo haces, retira el palillo. No lo embarrés: aún puedes raspar el pegamento seco con alguna cuchilla de metal más tarde)

4. ¡Tira! :)

Considera intentar esto:

Desenrosca un bolígrafo de dos piezas. Aparta la parte superior del barril, el cartucho de tinta y el resorte. Coloca la punta de la sección inferior en (o alrededor) del conector obstruido. Ahora... bueno... succiona. Es de esperar que no puedas generar suficiente succión como para causar daño.

Solo ten cuidado de que la bola de gel de sílice no resulte ser de un diámetro más pequeño que la abertura de la punta del bolígrafo. El sílice puede ser inerte en lo que respecta a tu sistema digestivo, pero tus pulmones no son tan indulgentes cuando se trata de aspirar un cuerpo extraño, ni siquiera uno tan pequeño. De hecho, es probablemente prudente cubrir el extremo del barril que estarás poniendo en tu boca con un pañuelo o tela delgada, ya que cualquier esfuerzo previo para desalojar la bola pudo haberla dejado en fragmentos que el ojo no puede discernir.